lunes, mayo 12, 2008

PENÉLOPE: EL BRONCE EN LA ARENA

Penélope: El bronce en la arena
Daniel Navarro



“La noche será el beso, el anhelo
Me darás una palabra extraña
Un regalo de letras, bajo la sombra
De la luna;
Me prometerás el incendio,
La turba, la inmortalidad,
La soledad de los dioses,
Su descendencia inerte.
Yo, como Penélope
Desbordaré cada vuelta, cada golpe de hilo
Cada noche, para esperar tu aliento
Tus letras, tus versos por la mañana
Envuelto tú entre la seda de mis besos
Envuelta yo en el embrujo
de la urdimbre de la red
del futuro ancestro.”



Iré. Cruzaré el Mar.
Venceré.


“Me vestirás del capullo
De tus siembras, cada surco
Cada semilla, cada estirpe,
Silencio entre los puntos cardinales
Bullicio en la marejada.
Manarán siete veces los manantiales
Antes de resquebrajar la piedra
Y quizás entonces
(no lo prometo)
volverán los mares a sus costas,
(no me obligues)
Dejaré en libertad los amaneceres,
(Acaso)
Incendiaré los olvidos y las penumbras
Y en cada vuelta, cada golpe de hilo
Será forjada la esperanza suave
De un volver contigo,
Una luna del calendario,
Un temblor de tierra, terremoto,
Una flor seca sobre la mesa
Y el capítulo del libro
que dura una eternidad.”



Iré. Sangrarán mis heridas.
Venceré.


“Soy es decir no existo,
Volver es decir anhelo
Un ladrillo es decir abrazo
Un beso es decir oleaje
Un decir es palabra neutra
Un verso me envuelve cada noche
Penélope,
Nunca aprenderé tu libro de versos
Cada mañana será un olvido aprendido
Una amenaza nueva de olvidarme de mi propia
Existencia,
Y renacer como cada noche,
Escuchando a Ovidio,
Ulises,
Plotino,
En letras mudas dichas por tus manos.”



Iré. El bronce fundido entra en la arena.
Suenan las campanas.
Venceré.




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miércoles, mayo 07, 2008

(YO INCLUIDO)

(Yo incluido)
Daniel Navarro




La ciudad engulle todo. Gatos, gente, sueños, la ciudad es irrepetible, insustitible, la necesitamos para lograr la ansiada autodestrucción, para deshacer nuestra propia esencia, nos fascina, y nos crea. Nos anhela y la fornicamos cada noche, en multitud, en solitario. Sus calles son apenas los respiros e insultos que se cruzan en las esquinas y tuercen el sentido de las palabras. La ciudad emerge cada vez que se llama por teléfono, cada vez que se enciende la bombilla, cada vez que se proyecta la película. La hembra de la ciudad es ella misma, igual que el macho, ciudad hermafrodita que se autopoliniza, incestuosamente. Sin otra finalidad, la ciudad repta a sus alrededores y crece en cada palabra que te escribo, con cada mueca que haces al leerme. Hambre de cemento, de alambres, se alcanza a discernir su lenguaje cuando todo está en silencio. La ciudad es verdugo de los transeúntes que se atreven a desobedecer las reglas, aniquila a los poderosos, ilumina a los indigentes. Los sin hogar son sus predilectos, (yo incluido), los que desde la eterna pobleza de una barranca, desde las cloacas, admiramos la fina hechura de sus sentimientos. La sacralidad de la basura en un tierno bosque de oyameles que se niega a morir. Ciudad perversa, sucia, desordenada que todo engulle. Perros, alimañas, sentimientos, futuro. Visiones de un arquitecto sin rostro que en desafío nos plantea mundos sin mundo.






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martes, mayo 06, 2008

LOS AGUACATES DEL CINCO DE MAYO

Los aguacates del cinco de mayo
Daniel Navarro



La editorial del cinco de mayo del New York Times me llama la atención, y quiero comentarla. Usualmente es un periódico que me causa interés, polémica, o estimula. Esta vez no es la excepción.

La editorial argumenta que la compañía cervecera que produce y comercializa la marca “Corona” es la razón por la cual en los Estados Unidos, la celebración del 5 de mayo se ha convertido en la principal celebración latina, independiente de la nacionalidad de los asistentes. Asimismo, argumenta que esta celebración incrementa las ventas de tortillas, la cerveza “Tecate” y aguacates y por ello se perpetúa. Concede la editorial, que inteligente la selección de la fecha, ya que de esta manera se atrae a un número más diverso de latinos en los Estados Unidos, que si se hubiera elegido una fecha de mayor identificación con tal o cual país, poniendo por caso las respectivas fechas de independencia.

Yo no coincido exactamente con este punto de vista. Creo que la base de la celebración es real, si bien no se explica claramente. El suceso ciertamente ha pasado a la historia, e incluso es una celebración básicamente menor en el escenario mexicano, e inexistente en el marco histórico de los demás países de latinoamérica. La lectura de la fecha no debe ser textual.

El cinco de mayo, el ejército mexicano pudo vencer al ejército francés que avanzaba hacia la capital. El NYT ironiza que eso fue menor, ya que al año siguiente, los franceses tomaban la capital mexicana e imponían a un emperador durante cuatro años. Eso es cierto, pero se soslayan al menos dos aspectos importantes.

Uno, el ejército francés no sólo era el ejército francés, sino que era el mayor ejército del planeta entonces conocido. Era Napoleón Tercero. El equivalente actual sería más o menos a que un puñado de desarrapados soldados del ejército de Afganistán venciera al ejército de los Estados Unidos durante la invasión recientemente ocurrida. Evidentemente esa victoria sería recordada y celebrada durante los próximos doscientos años. El ejército mexicano efectivamente era un puñado de desarrapados defensores de la patria ante el tirano. Esa es la imagen que creo que es universal: el débil frente al poderoso, el libertario ante el colonizador, el justo frente al tirano, el nativo frente al invasor.

Dos, los latinos en los Estados Unidos, independientemente de que sean documentados o ilegales, nativos o recién llegados, guatemaltecos o cubanos, argentinos o paraguayos, negros o blancos, católicos o protestantes, indígenas o mestizos, todos, son agrupados bajo el mismo título: latinos. “Lo que tienen en común -–dice el NYT-- es que fueron colonizados por España”. No cabe duda que la colonización española es uno de los principales elementos que aglutinan a toda la América que habla español. No obstante, el razonamiento es simplista. Pienso que independientemente de la nacionalidad de que se trate, el resultado neto de la actitud generalizada de rechazo, discriminación, y desdén que en muchas partes se observa en los Estados Unidos, provoca esta aglutinación de forma automática y natural.

La celebración de una fecha que significa cohesión frente a una fuerza mayor, en este caso, la sociedad de los Estados Unidos que discrimina incluso a sus connacionales, es natural, fuerte y seguirá incrementándose. El rescate de los colores de la raíz, la lengua materna, la rebelión ante la tiranía, y el orgullo implícitos, son los elementos relevantes. La venta de cerveza y aguacates serán un elemento de oportunidad, mas no la base del evento. No me queda la menor duda.

Y hablando de aguacates, cierro el comentario confesando mi predilección: Me gusta el guacamole con una brizna de cilantro, jugo de limón y picoso. Se dice que es bueno para la nostalgia y para que se mantengan vivas las querencias.







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lunes, mayo 05, 2008

GAVIOTAS

Gaviotas
Daniel Navarro




Las gaviotas tienen multitud de significados.

No atraen al amanecer, como comúnmente se cree. Tampoco son el espíritu de los ancestros creadores del mar. Si bien su presencia atrae a curiosos y otros espíritus, el portento real de las gaviotas se encuentra escondido en su forma de atraer al viento. Este peculiar dato fue extraido de los anaqueles de un olvidado naturalista del Siglo X, antes del denominado Renacimiento. El observador, amante de las aves, pudo discernir la manera de volar de las gaviotas, midió su amplitud del vuelo, y a través de complicados cálculos (copias de manuscritos actualmente en el Archivo de la Biblioteca en la Universidad de Santo Domingo, la más antigua de América), pudo definir no sólo el intrincado modo de atrapar al viento, sino de un secreto diálogo que se establece con esta fuerza, actualmente silenciosa, salvo raras ocasiones.



Algunas veces, las gaviotas pelean por los peces, otras veces se ríen abiertamente, las más, simplemente vuelan abrazando al viento. Y por ello, surgen de la nada, y simplemente desaparecen en el horizonte. No podemos entenderlas. Quizás por ello no existe día en que no se pruebe que de los muchos significados que se les atribuyen a las gaviotas, son simplemente adivinaciones de lunáticos. Las gaviotas lo saben. Acaso vuelan para detener el tiempo, acaso juegan en malabares impensables. La conclusión del naturalista antiguo es desconcertante: las gaviotas se alimentan de los rastros de seres humanos sobre la arena en la orilla del mar. Así, fortalecidas, abrazan al viento, que no es otra cosa, que el sendero de las sombras de nuestros andares.


El naturalista andaba y desandaba sus propios pasos. Hasta que un día, abrazando al viento, una gaviota atrapó su corazón al vuelo.

Desconozco el significado de las cosas. Pero acaso esta historia contiene el significado de las gaviotas. Lo sabré cuando pueda abrazar al viento.






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sábado, mayo 03, 2008

UN LINCE EN EL PICO DEL AGUILA

Un Lince en el Pico del Águila
Daniel Navarro


La hoja empieza a caer.

Me pregunto si las montañas pueden percibir el movimiento de los cuerpos celestes. La razón de este cuestionamiento es simple: la luna puede mover el mar, la sangre de los enamorados, y corregir el rumbo de la descarga en un golpe de artillería. Las montañas no pueden permanecer impunes a esta demostración de valía en la relación entre cuerpos distantes. Presiento que las montañas pueden estar relacionadas con Mercurio, más que con cualquier otro pedazo de rostro. Siguen sus instrucciones, exhalan su aliento, su magma se desliza por los valles y se disfrazan de piedra.

Miro El Pico del Águila. Mis sentidos me iluminan la oscuridad. Sendero de resina. Todo se mueve. Las montañas se orientan. Mercurio pronto aparecerá. Casi es el amanecer.

Los cráteres se deslizan por la geografía del altiplano. Surgen fumarolas de algunos de ellos. Pico. Águila. Lince. Geometría centrífuga del tiempo.

Me mueven. Las montañas me confunden. Buscaría el norte, pero ha desaparecido. Un río. Un antiguo ferrocarril. Un mundo en gris lleno de esperpentos. El mundo se circunscribe a las montañas. Los volcanes se encienden esta madrugada. No alcanzo a discernir el rumbo. Escucho ruidos. Algo se acerca. Una luz que se curva en el horizonte.

Mercurio. Un espejo en el río. Se enciende la sangre. Un astro aparece en el horizonte. Las montañas se deslizan, se acarician, se fundamenta el acto. Las montañas murmuran entre sí. Escucho. La luz se curva por completo, se hace círculo. Gira.

El rastro, mis huellas. Simples ascensos en el orden del universo. Descensos, izquierdas, derechas, centros.

Ambivalencia en la orientación. Mercurio se mueve con rapidez, no ha transcurrido apenas el parpadeo, y todo repentinamente se ha suspendido en el universo. La hoja cae casi por completo. Casi alcanza el suelo.

Lince petrificado. Veo al águila. El nombre no es casual.

Vuela. Mercurio. Alborada.

Apenas un instante. El follaje esconde el sendero del Lince.




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Acerca de mí

Mi foto
Cancún, Mexico
Escritor y Naturalista. Licenciado en Biología por la Universidad Nacional Autónoma de México, con estudios en Texas A&M University Campus Kingsville y The University of Florida.